Por Alberto Losada
Inter-IKEA, más conocida como IKEA, es una multinacional de origen sueco que se dedica a la producción de muebles, decoración y artículos para el hogar. La empresa está presente en 49 países de Asia, América del Norte, Oceanía y, principalmente, Europa. En el Viejo Continente se concentra la mayor cantidad de locales (249 sobre 330) y el 69% de las ventas. En dichas tiendas los clientes también pueden degustar productos tradicionales de Suecia que sus propias cafeterías. IKEA también puede atribuirse ser reconocida por los consumidores como una “empresa sustentable” y comprometida con el medio ambiente, al incorporar diversas políticas para reducir el impacto medioambiental. En definitiva, la empresa no solo vende muebles sino también una “filosofía de vida”. Atributo que solo algunas empresas líderes de consumo masivo, pueden arrogarse; tal como el caso de “Starbucks” o los gigantes tecnológicos. Sin embargo, el éxito de IKEA no se debe a un acertado marketing, sino también a su estrategia de producción.
Como muchas otras multinacionales, IKEA terceriza su producción y depende de una extensa cadena global de valor para fabricar sus distintos productos. Pero a diferencia de la mayoría de las multinacionales, buena parte de su tercerización se concentra en Europa y no en regiones de mano de obra barata. Para ser precisos, el 59% de las manufacturas de IKEA, se producen en Europa (ver mapa).
IKEA capitaliza lo que el geógrafo Paul Knox denomina “regiones de producción flexible”. Se trata de regiones de Europa que no experimentaron un proceso de industrialización pero que poseen una red de infraestructura que le brinda ventajas logísticas. Es en este tipo de regiones en donde IKEA, tiende a contratar a sus proveedores o instalar sus propias sus plantas. Distintas áreas en Polonia, Portugal, Rumania o España, son algunas de las que cumplen las dichas condiciones. Adicionalmente, las regiones de producción flexibles cuentan con una mano de obra más económica que la que podría encontrarse en Suecia u otros Países Desarrollados. Pero aun así los sueldos de polacos, portugueses y otros son más caros que el de sus pares asiáticos. No obstante, la diferencia es compensada por la proximidad que estos países tienen al principal mercado de IKEA. Esto reduce el costo del flete y, más importante, le da flexibilidad para cambiar líneas de producción. Lo que les permite lanzar 2.500 productos nuevos por año, en promedio.
Por otra parte, IKEA proyecta una reducción de gastos en materia prima barata vía la utilizando insumos reciclados. Por ejemplo, en España, una empresa asociada a IKEA, Defesa, se encarga del reciclaje y procesamiento de papel para la cadena productiva. El reciclaje sirve como indicador de que la empresa se toma muy seriamente los procesos de cuidado medioambientales y, al mismo tiempo, reduce los costos de las materias primas.
En el mapa puede apreciarse que casi todas las plantas de IKEA (fábricas propias) se concentran en Europa. El único país por fuera del Viejo Continente es China. Y –lógicamente- tienen por objetivo proveer a ese creciente mercado. Volviendo a Europa puede apreciarse que la mayoría de las plantas están en Europa Oriental. Su localización allí se explica por su cercanía a su principal mercado (Europa Occidental), la mano de obra barata y las ventajas que ofrecen las regiones de producción flexible.
En conclusión, el éxito de IKEA se corresponde con capitalizar y maximizar las ventajas que ofrecen regiones que anteriormente fueron marginales, escasamente industrializadas pero que ahora están conectadas a mercados de altos ingresos. El marketing probablemente haya ayudado a posicionar a IKEA pero la producción flexible resultó ser el verdadero secreto de su éxito.